L> A> MARIPOSA
Entre las hojas ya marchitas del otoño serpenteaban las lombrices y sus chirridos indicaban que se estaban dando un festín.
"¿No es maravillosa la naturaleza de Dios" -les dijo la mariposa- "levantad la vista hacia la Luz, pensad en los hermosos colores y en la embriagadora fragancia de las flores ". Pero las lombrices no levantaron ni la cabeza ni la cola hacia el cielo, pues todas sabían muy bien que nada era tan bonito y hermoso como esas hojas medio podridas que casi no hacía falta masticar. Y la mariposa retomó el vuelo, ansiosa como estaba de dar a conocer esa maravilla luminosa que emanaba de arriba y que la llenaba de gozo. Y a continuación se posó en un narciso amarillo que, erguido, relucía en todo su esplendor.En la tierra unos escarabajos negros se desplazaban en procesión, tal como solían hacerlo y por qué cambiar esa costumbre si era lo que conocían de siempre. Y cada vez que avanzaban un poquito, se paraban y repetían al unísono: "Mirad hacia la tierra". "¡No!" -gritó la mariposa- "mirad hacia la Luz que proviene de Dios" "No prestéis oídos a la voz que os tienta" -dijo el primer escarabajo amonestando a los demás. "Nuestros antecesores nos enseñaron que no hay que apartar los ojos de la tierra. Un escarabajo que alza la vista corre el peligro de darse la vuelta, y un escarabajo boca arriba está totalmente desvalido e incapacitado para clavar los ojos en la tierra. Es un saber transmitido por nuestros antepasados de generación en generación desde el origen de nuestra existencia, siempre ha sido así". E infatigables continuaron su procesión, y la mariposa eligió otra flor donde reposar del vuelo.
"Mirad" -dijo la mariposa a las hormigas, que casi revoloteaban en la tierra de la prisa que tenían- "mirad los hermosos colores que las flores tienen cuando la luz los ilumina". "No tenemos tiempo" -dijeron las hormigas- "trabajamos a destajo, cada minuto es precioso y el tiempo es dinero. Si seguimos trabajando, nuestro hormiguero quizá pueda llegar a ser más grande y más vistoso que el del vecino y eso será digno de ver".
Y la mariposa se alejó volando hasta la cima de un manzano que desplegaba su belleza floral. La mariposa miró a su alrededor y vio una oruga medidora grande y verde, que se deslizaba arqueándose por el extremo de una ramita. "1980... 1981... 1982" "Perdón" -dijo la mariposa cortésmente a la oruga medidora.
"¿No es maravilloso estar aquí arriba y contemplar tan de cerca el azul cielo de Dios?" La oruga medidora giró la cabeza y con sus grandes ojos negros lanzó una 2
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