El bote viejo
Bajo brillante niebla, de saladas actinias cubierto, amaneció en la playa, un bote viejo.
Con arena, se mira la banda de sus bateleros, y en la quilla verdosos calafateos.
Bote triste, yacente, por los moluscos horadado; ha venido de ignotos muelles amargos.
Apareció en la bruma y en la armonía de la aurora; trajo de los rompientes doradas conchas.
A sus bancos remeros, a sus amarillentas sogas, vienen los cormoranes y las gaviotas.
Los pintorescos niños, cuando dormita la marea lo llenan de cordajes y de banderas.
Los novios, en la tarde, en su alta quilla se recuestan; y a los vientos marinos, de amor se besan.
Mas el bote ruinoso de las arenas del estuario, ansía los distantes muelles dorados.
Y en la profunda noche, en fino tumbo abrillantado, partió el bote muriente a los puertos lejanos.
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