LA PEREZA
Es increíble como la pereza domina al hombre, a tal extremo de impedirle que forje su propia felicidad. Y la causa de semejante pecado está en que se piensa antes en el goce que en el sacrificio,. Con lo cual se cae en doble error: Primero, porque el goce sólo puede saborearse después del sacrificio; Segundo porque sin previo sacrificio, no hay goce posible. Es la ley.
Stevens.
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