Ah Mis Dias Abolidos
Miguel Carrillo Natteri
En qué oquedad la sombra mía se retuerce como un gemido, su secreto difuso, muerto? En qué alambre o riel su devaneo siembra el corcho de la aurora, su silencio? En qué barrote se hiela el frío, de la cruz, que llevo dentro? Ah lisonjero pan desvanecido, nube escapada, que corre de mi sino como un potro viajero En que ojo del barrote esperas, al asesino, del día que se fuga traicionero? En que noche o en qué celda que nunca acaba, sonreirás de nuevo al prisionero? Ah mis días abolidos, alelados; desde esta tarde vomito fuego!
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