Nació en Málaga en 1905. Cursó la carrera de Derecho, que ejerció brevemente. Desempeñó también otras profesiones, además de la de abogado, sobre todo la de impresor, publicando colecciones tipográficas a mano de poesía en Madrid, París, Londres, La Habana y México: Poesía, La tentativa poética, Héroe, Caballo verde para la poesía, 1916, La Verónica, El ciervo herido.
Alzan la voz cruel Alzan la voz cruel Quienes no vieron el paisaje, Los que empujaron por el declive pedregoso La carne ajena, Quienes debieron ser almas de todos Y se arrancaban de ellos mismos Cuerpos parásitos Para despeñarlos.
Mil muertos de sus vidas brotaban, Mil muertos solitarios Que miraban desde el suelo, Durante el último viaje, La colosal estatua a la injusticia.
No eran muertos, Eran oprimidos, Seres aplastados, Ramas cortadas de un amante o de un padre, Seres conducidos por un deseo imposible, Topos de vicio Que no hallarán la luz Por sus turbias y blandas galerías.
Alzan la voz cruel Quienes no vieron el paisaje, Los que triunfaron Por la paz interior de sus mentiras.
¡Oh mundo desigual! Mis ojos lloren El dolor, la maldad: La verdad humana.
Arriba
Apoyada en mi hombro Apoyada en mi hombro Eres mi ala derecha. Como si desplegaras Tus suaves plumas negras, Tus palabras a un cielo Blanquísimo me elevan.
Exaltación. Silencio. Sentado estoy a mi mesa, Sangrándome la espalda, Doliéndome tu ausencia.
Arriba
Cerrando los ojos Huyo del mal que me enoja Buscando el bien que me falta. Más que las penas que tengo, Me duelen las esperanzas.
Tempestades de deseos Contra los muros del alba Rompen sus olas. Me ciegan Los tumultos que levantan.
Nido en el mar. Cuna a flote. La flor que lucha en el agua Me sostiene mar adentro Y mar afuera me lanza.
Cierro los ojos y miro El tiempo interior que canta.
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