Cuando uno se enamora todos son detalles de ternura, de preocupación por la persona amada.
No piensa uno en sí mismo sino en cómo hacer feliz al otro. Disfruta viendo las cualidades que tiene, lo bueno que es; los defectos no se ven o no se quieren ver. Sus cosas buenas son tantas y tan preciosas que los pequeños defectos se pasan por alto. Como consecuencia la otra persona reacciona de forma semejante hacia uno.
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