Con el beso se pueden transmitir las bacterias que favorecen la aparición de caries, como el Streptococcus mutans. El mayor reservorio del cual los bebés adquieren este microbio cariogénico es de sus padres, a través del contacto boca a boca. Antes de la aparición del primer diente, la mitad de los niños de 6 meses tiene como huésped a este estreptococo en su boca, y al año cumplido ya han desarrollado una colonia considerable. El contagio se puede demorar si los padres llevan una correcta higiene bucal.Entre adultos sucede algo similar. Los besos íntimos aumentan el riesgo de padecer un diente perforado.
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