Profesor? ¿Piloto? ¿Médico? ¿Físico? ¿Ingeniero? ¿Trabajador social? ¿Periodista? Las hormonas sexuales condicionan las profesiones que preferimos ejercer, según concluye un estudio realizado por psicólogos de la Universidad Penn State (EE UU).
"Nuestras hormonas condicionan si mostramos más interés por carreras universitarias basadas en el trabajo con cosas o por aquellas basadas en el contacto con personas", aseguran Sheri A. Berenbaum y sus colegas, que publican sus condiciones en la revista Hormones and Behavior. Estudiando las diferencias de pacientes femeninas que sufren Hiperplasia Suprarrenal Congénita (HSC), una enfermedad genética que se caracteriza por una superproducción de andrógeno, una hormona sexual masculina. La investigación reveló que estas mujeres estaban más interesadas en estudiar carreras relacionadas con "trabajar con cosas" (ingenierías, carreras tecnológicas, matemáticas...) . El grado de interés en el primer grupo de estudios universitarios era directamente proporcional a la cantidad de andrógeno al que las pacientes habían estado expuestas a lo largo de su vida. "Hemos aprovechado un experimento natural que muestra que estos intereses empiezan a desarrollarse desde que nacemos", concluye Berenbaum.
Según la investigadora, las mujeres sanas no expuestas a altos niveles de andrógenos normalmente tienden a elegir ocupaciones que implican la interacción con otras personas, como trabajadora social, profesora, enfermera, abogada... Los hombres, por el contrario, suelen mostrar mayor predisposición a escoger profesiones como ingeniero, físico, piloto o cirujano.
"Nuestras hormonas condicionan si mostramos más interés por carreras universitarias basadas en el trabajo con cosas o por aquellas basadas en el contacto con personas", aseguran Sheri A. Berenbaum y sus colegas, que publican sus condiciones en la revista Hormones and Behavior. Estudiando las diferencias de pacientes femeninas que sufren Hiperplasia Suprarrenal Congénita (HSC), una enfermedad genética que se caracteriza por una superproducción de andrógeno, una hormona sexual masculina. La investigación reveló que estas mujeres estaban más interesadas en estudiar carreras relacionadas con "trabajar con cosas" (ingenierías, carreras tecnológicas, matemáticas...) . El grado de interés en el primer grupo de estudios universitarios era directamente proporcional a la cantidad de andrógeno al que las pacientes habían estado expuestas a lo largo de su vida. "Hemos aprovechado un experimento natural que muestra que estos intereses empiezan a desarrollarse desde que nacemos", concluye Berenbaum.
Según la investigadora, las mujeres sanas no expuestas a altos niveles de andrógenos normalmente tienden a elegir ocupaciones que implican la interacción con otras personas, como trabajadora social, profesora, enfermera, abogada... Los hombres, por el contrario, suelen mostrar mayor predisposición a escoger profesiones como ingeniero, físico, piloto o cirujano.
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