Antes de la Batalla de Waterloo,
Napoleón estaba listo para enfrentarse a los británicos, belgas, daneses y alemanes que conformaban su enemigo. Para derrotar a un líder como Napoleón, incluso ese grupo de ejércitos necesitaba cierta ayuda, y según algunos historiadores la consiguieron. Al parecer, el Gran Corso no tenía su mejor día, al estar pasando por una infección de vejiga y estar sufriendo también de hemorroides. Con estos problemas, a parte de nublar la mente en cierta medida, también se limitaba considerablemente su movilidad. Los dolores le hicieron pasar una mala noche y también necesitar cierto opio para soportar el dolor, lo que va en contra de la lucidez mental y la rapidez de reflejos. ¿Cuánto influyó todo esto en el resultado de la Batalla de Waterloo? Una buena pregunta.
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