Hoy traté de tener pensamientos positivos ¡pero no pude! Publicado el 25.11.11

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¿Qué pasa cuando decides cambiar algunos de tus pensamientos, cuando te prometes que hoy vas a sentir más paz, no vas a permitir que el tráfico te moleste, vas a ser paciente, más tolerante?

¿Qué pasa cuando decides cambiar algunos de tus pensamientos, sólo para descubrir que no lo has logrado?

Esta es una situación bastante común, creo que nos ha sucedido a todos. Lo que yo he descubierto, es que muchas veces la literatura de autoayuda nos invita a repetir un nuevo pensamiento, casi como un mantra, pero omite decirnos que muchos necesitamos comprender el origen de este pensamiento y hacer un trabajo previo con esto, antes de poder cambiarlo.

1 Pensamiento y emoción. Primero que nada, nuestros pensamientos y nuestras emociones están vinculados. Aún cuando nuestra sociedad valora más la intelectual que lo emocional, la realidad es que no hay pensamiento sin emoción, ni emoción sin pensamiento.

El simple hecho de pensar que quieres comer, involucra sentir - sentir qué se te antoja. Ver el menú de un restorán, o lo que hay en tu refrigerador, y vivir una respuesta emocional ante esto.

Los pensamientos que quieres cambiar, quizás los pensamientos que no has podido cambiar, están ligados a emociones, enraizados por emociones, con las que necesitarás trabajar.

2 Creencias. Todos funcionamos a través de creencia, son el filtro a través del que vemos el mundo. Nos dicen cómo interpretar las cosas y a veces trabajan en nuestra contra.

Para trabajar con nuestros pensamientos, necesitamos entender, junto con las emociones, las creencias que están atrás de este.

Un ejemplo sencillo para entender esto: Imagina que estas sentado en un embotellamiento. Tienes un rato ahí, y el tráfico no avanza, así que decides practicar tus nuevos pensamientos positivos: decides ser paciente y que el tráfico no te altere. Puede ser ver que después de la siguiente intersección el tráfico se aligera y empieza a fluir... estás a punto de cruzarla cuando la luz cambia de verde a ámbar. Comienzas a frenar.

El auto detrás de ti comienza a sonar la bocina... asumes que quiere que te pases la preventiva e inmediatamente pierdes toda calma y pensamiento positivo, y frenas aún más rápidamente para castigar a este %·"·&///(=/(&$·. La realidad es que no sabes si esta persona es, como tu ya decidiste, un %·"·&///(=/(&$· que no respeta las leyes de tráfico, o si de verdad tiene prisa debido a una emergencia o alguna otra razón que desconoces.

Acabas de perder la compostura, gracias a una creencia profunda (que probablemente no tienes consciente) que te dice "no te dejes" o quizás "el mundo es injusto y hay personas que abusan", o "la mayoría de las personas son incivilizadas"... y a la respuesta emocional que la acompaña.

Hay situaciones de este tipo, en el tráfico, en el banco, en el trabajo, con tus hijos, que te pueden sacar de tus casillas fácilmente, o sabotear esta decisión de mantenerte tranquilo.

Te sugerimos que vayas tomando nota de cuáles son estas situaciones... el primer paso es detectarlas.

Durante las próximas dos semanas, espera más información de qué hacer con estas, con estas herramientas tú podrás ir efectuando un cambio real en tus pensamientos cotidianos.

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