Es por la sangre de Jesús que estamos perdonado por Dios. Y es por las llagas de Jesús que estamos sanado desde nuestros malos caminos. Cuando nos arrepentimos de nuestros pecados y creemos en la muerte, entierro y resurrección de Jesús Cristo, nacemos de nuevo a una nueva vida. Estamos cambiado y sanado. Fornicarios se hacen santos. Los ladrones se hacen ciudadanos derechos. Borrachos se hacen sobrios. Mentirosos se hacen personas honestas. La sangre de Jesús cambia cosas, el nombre de Jesús sea alabado. Nuestro precioso Señor Jesús Cristo fue golpeado y llagado y crucificado así que podríamos estar sano.
... su semblante fue tan estropeado más que cualquier hombre, y su forma más que los hijos de los hombres... Isaías 52:14
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