Argumento del Libro El Mundo es Ancho y Ajeno.
Los indios que integran la comunidad de Rumi, encabezados por el alcalde Rosendo Maqui, se defienden de un déspota hacendado, don Álvaro Amenábar, quien, amparado por jueces corruptos y testigos falsos, quiere arrebatarle sus tierras para expandir su ya inmensa propiedad.
Pero lo que en realidad más apetecía el hacendado era convertir a los comuneros en peones para que laboraran en una mina de su propiedad cercana a Rumi.
Las tierras de cultivo tenían para él un valor secundario. Debido a ello la comunidad de Rumi se encuentra permanentemente acechada por el despojo; cuando esto al fin sucede, los comuneros se trasladan a las alturas de Yanañahui, tierras pedregosas y de clima inhóspito, de escasa productividad, pero que al menos les permite mantener viva la comunidad.
No obstante, muchos comuneros huyen en busca de un futuro mejor y se emplean en diversas partes del Perú, viviendo experiencias muy duras y hasta fatídicas.
Varios capítulos de la obra se dedican a relatar las peripecias de algunos de estos comuneros, como Amadeo Illas, Calixto Páucar, Augusto Maqui, Demetrio Sumallacta y Juan Medrano. Pero las agresiones del hacendado continúan.
Los comuneros, guiados por un abogado indigenista, apelan ante la Corte Superior para recuperar sus tierras, pero el expediente del juicio es robado por hombres contratados por Amenábar y termina en la hoguera. Algunos comuneros se unen a la banda del Fiero Vásquez, famoso ladrón, y se vengan a su manera de la gente de Amenábar.
Rosendo Maqui es acusado de ladrón de ganado, de incitador de la violencia y de dar refugio a bandidos, entre ellos al Fiero Vásquez. El viejo alcalde es encarcelado y muere en su celda tras ser golpeado por los guardias.
Los años transcurren y una nueva perspectiva para la comunidad se abre con la llegada de Benito Castro, un antiguo residente de Rumi, hijo adoptivo de Rosendo, que retornaba tras 16 años de ausencia.
Benito, que ha recorrido el país viendo las injusticias, y que además ha aprendido a leer y escribir, trae las ideas de la modernidad a la comunidad, la cual según su punto de vista debía abandonar supersticiones e ideas anticuadas que constreñían su desarrollo, aunque conservando lo mejor de ella, como era la ayuda comunitaria.
Es elegido Alcalde y bajo su dirección, la comunidad, con sede en Yanañahui, resurge y empieza a prosperar.
Sin embargo, ante un segundo juicio de linderos interpuesto por el ambicioso Amenábar, los comuneros, por instigación de Benito, se levantan en armas para evitar el despojo.
La sublevación es brutalmente reprimida por la guardia civil, aliada con los caporales de Amenábar y utilizando una ametralladora. La comunidad termina siendo aniquilada.
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