El cabezal por donde sale el chorro de agua que baña nuestro cuerpo puede convertirse en un nido de microbios que también inundan nuestra piel si no los mantenemos a raya.
Si usted es de los que les gusta cantar bajo el agua de la ducha y no quiere preocuparse de otra cosa, antes de pasar el jabón y la esponja por su cuerpo, utilice regularmente un detergente o limpiador para limpiar el cabezal del irrigador.
Además de necesario y refrescante en las épocas de calor, el baño puede ser una fuente de relajación y bienestar. Para que el chorro de agua además sea saludable y seguro, hay unas sencillas medidas encaminadas a evitar los riesgos de la electricidad, resbalones y caídas, así como el contagio de infecciones.
El interior de un cabezal de ducha tiene las condiciones ideales para el desarrollo microbiano, según la bióloga Leah M. Feazel, de la Universidad de Colorado, en Boulder (Estados Unidos), coautora de un estudio que ha encontrado en este elemento del baño gérmenes conocidos como micobacterias, que pueden causar enfermedad pulmonar en personas con sus defensas orgánicas debilitadas.
La ducha crea partículas minúsculas que pueden llegar muy lejos. Así, estos gérmenes pueden "abandonar su guarida" y ser inhalados por quien recibe el agua.
Para evitar riesgos, conviene utilizar un cabezal de metal, en lugar de uno de plástico con recubrimiento de metal, así como reemplazar esta pieza varias veces al año, ya que limpiarla es complicado y quizá sólo sea parcialmente efectivo, según Feazel.
El tipo de bacteria que se desarrolla en el cabezal de la ducha, denominada 'Mycrobacterium avium', está relacionada con complicaciones pulmonares, y pertenece a la misma familia de gérmenes que la bacteria de la tuberculosis, la 'Mycobacterium tuberculosis'.
Los investigadores de Colorado encontraron "niveles elevados", 100 veces más altos que los de las tuberías domésticas de suministro de agua, de esta bacteria en el 30 por ciento de los cincuenta cabezales de ducha analizados, escogidos al azar en nueve ciudades distintas.
Según se explica en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), donde se ha publicado el estudio, la 'Mycrobacterium avium' forma una biopelícula o ecosistema de microbios, que se adhiere al interior del cabezal, lo que le permite permanecer en ese lugar de forma estable.
Lluvia de gérmenes
Cuando el agua cae del cabezal, distribuye las gotas llenas de bacterias que fácilmente pueden ser inhaladas por la persona que se está duchando, llegando hasta los pulmones y poniendo e peligro la salud, según los investigadores de Colorado.
Además del riesgo infeccioso que puede entrañar un cabezal de la ducha deficientemente higienizado, el baño en general es uno de los lugares de la casa donde ocurren más lesiones derivadas de accidentes domésticos, muchos de los cuales sobrevienen por descuidos o distracciones e imprudencias, la mayoría evitables.
Según 'FACUA-Consumidores en Acción', una organización no gubernamental española dedicada a defender los derechos de los consumidores, las contusiones, fracturas y otras heridas originadas por caídas, choques o golpes, los cortes y las quemaduras son las lesiones de mayor incidencia en el hogar familiar.
"En el cuarto de baño, en concreto, los resbalones son las principales causas de lesiones, destacando los sufridos durante la ducha o el baño, principalmente en la bañera y su entorno. Aunque afecta a todos, los niños, ancianos y discapacitados suelen resultar especialmente perjudicados", señala FACUA.
Para prevenir accidentes, esta organización aconseja "colocar delante de la bañera, o cualquier zona expuesta a humedad y salpicaduras las alfombrillas que convengan, y mantener secos los suelos, recogiendo inmediatamente el agua y ventilando el cuarto en caso de acumulación de vaho y humedad".
Los expertos de FACUA también recomiendan secarse inmediatamente después de ducharse o bañarse, y no andar descalzo, con los pies mojados, y colocar en el suelo de la bañera o ducha, una alfombrilla, adhesivos o cualquier otro elemento antideslizante.
Dejar la toalla o el albornoz lo más cerca posible de la bañera o ducha, y a una altura conveniente, y en el caso de los ancianos y discapacitados, instalar en la pared de la bañera o la ducha una barra de sujeción que les permita entrar, salir y desplazarse dentro, es otra medida de seguridad sugerida por FACUA, que recuerda que "no hay que dejar solos a los niños pequeños en la bañera".